EDITORIAL

¿Quiénes y por qué quieren cerrar EL DÍA?

Ayer se produjeron dos bochornosos ataques contra nuestro periódico

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Texto:

Don José, la Reina Madre, Carlos el Orejas, mi amante esposa la Condesa ShortShut y un servidor de usted estamos consternados porque se le haya podido juzgar el rebeldía. Encima hasta la justicia colonial es capaz de multarle por no asistir a la vista sin un motivo justificado, como si el Simón Bolivar de Canarias fuera una persona normal y corriente, cuando en realidad la Justicia tenía en entrarle y sacarle bajo palio de los tribunales. Y, por supuesto, no obligarle a desplazarse al secarral de la tercera, que a su edad es un mal trago. A usted, don José, tenían que tomarle declaración en su despacho de la Avda. Buenos Aires, como si fuera un Ministro (Que de hecho es un ministro de Ignacio González y Antonio Plasencia). ¿Pero que es una raya más para un tigre, don José?. Pague, Pague la sanción que le impongan pero en pesetas de las de franco, que seguro tiene muchas. Todavía son monedas de curso legal. Pague en pesetas de Franco y que ellos vayan al Banco de España a cambiarlas. En cuanto a los papeles de México, no se preocupe, don José. Si se perdieron, puede hablar de los papeles de México de Jorge Bethencourt y de las transferencias “triangulares de dinero”. Todo el mundo está hablando de ellos menos usted. Esos papeles forman parte del sumario del Pelotazo de Las Terestitas. Si usted quiere Carlos el Oreja le envía una copia por Internet. México aparece, sobre todo la parte de Baja California, en los “Papeles de Las Teresitas”. ¿No le apetece hablar de esos papeles mexicanos, don José? ¿Prefiere hablar sólo de un poder bancario que, de existir y ser cierto, sólo implica que es un poder notarial? Hable usted con Zerolo, el futuro Caudillo de Canarias, ya no tiene el teléfono intervenido. Hable con él, como si fuera el título de una película de Almodvár, que él le explique lo de México y saque una portada completita con esos otros papeles mexicanos. Esa sí que sería una actitud valiente, como la suya de no acudir ayer al secarral de la tercera, con un par de clorocos guanches, don José. Respetuosaente a sus pies 

Sir Archibald Bradley

Nombre: Sir Archibald Bradley

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