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EDITORIAL

Hartos de España y de ser españoles

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Texto:

Don José, perdone a Juana María del Sagrado Corazón, la hija de Escipión. No es ella la que habla, no sé si la habrán drogado o ha entrado en una secta españolista. Ya le leeré la cartilla en el próximo Comité Central de las Comunidades Canarias en el Extranjero. Estoy harto de Juana María, como Andrés Cháves de la Justicia impartida por mujeres. Hoy me siento misógino y con razón, Don José. Ya está bien. Cuando tengamos la Justicia Canaria, los jueces serán todos machos, y tendrán que llamarse Tanausú, Bentor, Beneharo o Kevin Costner de Jesús. Tendrán que tener idiosincrasia canaria hasta en el nombre para poder ser nombrados Jueces y Fiscales. No habrán oposiciones, serán designados digitalmente como hacía el Caudillo, que en el asunto digital fue un visionario y se adelantó a su época. Perdone a Juana María, si es que puede, don José, si no puede mande a lapidarla y la mandamos con Yaiza. Bueno, tal vez no, porque con lo mala que ha sido hoy se va al infierno de las marujas de cabeza. A veces entiendo la violencia de género, don José. Hoy estoy de un misógino subido, hasta me divorciaría de mi amante esposa la Condesa Shortshut si no fuera por la generosa dotación económica de la Casa Real, pero le juro que me dan ganas de volver a trabajar en Taco, en la economía sumergida, trabajando de pinche en un taller de mecánica y limpiando las manchas de grasa y el luto de mis uñas cortando tomates para las ensaladas en aquél guachinchito de La Cuesta. Sería mi aportación a la recuperación económica de la Patria Canaria, don José, lo que pasa es que un braguetazo es un braguetazo, aunque haya sido en una sauna. Usted me entiende, don José, que una cosa es el fervor patriótico, el mismo con el que usted elogiaba a Paulino Rivero antes de la traición de la FM, que las pelas son las pelas, don José. Disculpe a Juana María, ya le ajustaré las clavijas. Reciba mientras tanto un cordial y soberanista abrazo desde la Comunidad Canaria en Londres.

Nombre: Sir Archibald Bradley Curbelo

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